Woody Allen pone en imágenes lo que de algún modo todos hemos soñado y uno sale con una sonrisa tan bien perfilada que no le importa que esta no sea ni de lejos una peli perfecta.
Paris era una fiesta y es un disfrute estar invitado. Y Heminway soltando diamantes en bruto sobre el arte de escribir.
Una película mediocre donde el personaje más sólido es París...
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