Everything must go


Erase un hombre a una cerveza pegado, bebiendo esperando a que algo pase. Y a veces las cosas no pasan precisamente porque uno bebe.

Partir de cero tiene la ventaja de la libertad que te da el no poder usar ya parches.

De las excusas que te quita y de la energía de la urgencia, del motor puro de la supervivencia.


Luego la chica de la luz debajo del pelo negro con otro Jack dentro la tripa.


El mono es ese sudor frío que dificulta el salir del bucle.


Decirte la verdad es como arrojarte un taburete a la cabeza, pero cuando te recompones puedes subirte encima y ver las cosas de otro modo.


Encontrar la manera de soltar lastre. La valentía de desprenderse enriqueciendo al de al lado.


Una película arrebatadoramente sencilla, entretenida y decente, sobre un hombre y el jardín de cesped que hay delante de su casa, que es como un aeropuerto: la puerta de entrada al mundo, si uno lo deja atrás.



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