Take Shelter


Diviso el fractal en proceso.

Las nubes al capricho de todo y nosotros en tránsito para aprender, conjurados sobre y bajo el mismo cielo.


Cada uno en sus sentidos percibe el mundo mientras se lo fabrica. Olvidamos que no hay dos iguales.

El camaleón, la serpiente, el águila, el fascista, el valiente, la prostituta y la monja. Tantos mundos como seres.


Unos que hablan sin boca aprendiendo a decir tormenta.

Y los parvularios que luego serán los bares.


Aquello que soñamos temimos, el miedo de la mente proyecta amenaza astral y en este mundo sentimos. Cada emoción sin barrera es una promesa de miedo, una arista de la incomoda inquietánte.


Pero esto es sólo el principio.


Luego uno intenta protegerse en el mundo físico de los miedos del mundo astral y hace cosas como encerrar al animal que tan solo atacó en un sueño, en lugar de investigar el miedo de donde viene y porque se forjó en esa imagen.


Pero hay que entender que manda el miedo, y uno alcanza según su correa y es que somos libres en tanto y cuanto menos mierda haya en el culo, luego a mas bebé o mas anciano: mas pañales y menos libertad.


Y manda el miedo porque la vívida ensoñación impregna los sentidos provocando las mismas respuestas que en el campo físico que es donde acontecen los fenómenos que solemos llamar realidad.


Pero todo es real: lo soñado, en cuanto experiencia y en cuanto a reacción fisiológica entra en el campo, incluso ver una peli, en tanto y cuanto nos modifica la conciencia un cacho.


El hombre suele ser mas espada, mas mental, mas obsesivo.

Enfocar el disparo y lanzarse a por ello sin importar lo demás.


La mujer, mas de pies en tierra, se maneja mejor con sobrellevar el rumbo a pesar del temporal.


Pero me he perdido entre letras, como el protagonista entre imágenes, y toca recapitular:


Esta el mundo físico de la materia, que es energía mas densa y mas comprimida. Y luego esta el mundo astral, mas grande que el anterior, mas sutil y mas confuso. Esta poblado de imágenes y de sensaciones y de entes con cuerpo astral. Cada hombre tiene el suyo, por lo tanto alguien que sueña invoca imágenes de su mundo, mostrando como un espejo de cuentos otra visión sobre aquello que nos preocupó o vivimos de día.

Por otra parte, un vidente capta desde el mundo astral percepciones tan confusas como su antena permita, pero como el astral es espejo del primero, por supuesto que un vidente que este bien sintonizado podrá visualizar vibraciones que de alguna manera den muestra o señal sobre el mundo que palpamos. Pero estas serán confusas, la mayoría del tiempo, y esto es independiente del hecho de que el sujeto las experimente tan vivamente que él las crea verdad.


A partir de ahí, cualquiera podría ser antena y es mas: muchos habitantes de psiquiatricos son personas extremadamente sensibles al mundo astral que no logran entender ni integrar los mensajes de este y confusos por las voces e imágenes que sin quererlo captan se aterran y buscan ayuda de otra gente que sólo sabe de pastillas y de una normalidad que inventaron para tener una baremo sobre el que ejercer sus protocolos.


El tempo de la película me ha cansado y la cara del protagonista también, sin embargo me parece una peli mas que correcta, un ejercicio interesante y bien construido.


Además tiene todos los requisitos indispensables para que cualquier intelectual o amante de la cultura pueda jugar con ella pudiendo ver lo que le de la gana y proyectando en su metraje todo lo que se quiera.

Habrá quien tendrá la osadía incluso de mencionar a Ordet al buscar referencias, confundiendo la fé con la obsesión mental proveniente de unas nitidas vivencias astrales.


Viendo este baile creemos oír: Ninguna buena acción quedará sin castigo, y la historia le da la razón a ese pequeño librito de la colección Empresa activa: Ignora a todos. También me despierta la alarma hacía la revisión periódica y constante de cualquier sistema o estructura social o sanitaria, porque vamos a ver: ¿un diagnóstico psiquiátrico se mantiene intacto durante casi treinta años sin visos de remisión y quizás prolongado por el propio tratamiento aunque esto ni siquiera sea una idea en el aire?


Por todo lo dicho y la vacuidad del cine americano reciente me parece además una candidata firme a ser sobrevalorada.






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