Anna Karenina



Estéticamente ambiciosa y pretendidamente original escapa a saltos de cualquier inmersión manteniéndose perennemente en la superficie.
Tan atrevida como torpe este intento fallido de releer el clásico olvida contar la historia de una mujer con la profundidad que esta se merece mientras se pierde deambulando entre tonterías.

Se podría interpretar, si se quiere, que el artificio que propone el director es para incidir en el artificio social de la época y que durante el metraje a mas intimidad mas naturalidad y quizás sea esta la justificación del juego, pero a mi no me convencen sus resultados.

Sin embargo y por supuesto este folletín que diluye su esencia rebajándola a novela de Corin Tellado gustará a l@s amantes de este género porque desde este interés fue concebida.
Y además muchos otros harán fuerza para que les guste porque el empaque parece digno, Tolstoy avala la propuesta y lo supuestamente cultural aunque encierre la vacuidad mas absoluta tiende a ser defendido.


Sin ritmo ni alma ni profundidad esta narración afectada se sabe con las medallas de la obra que le sirven de base y la empatía que genera la originalidad gratuita así que deambula a trompicones con la cabeza bien alta y naufraga con el orgullo del que cree llegar al buen puerto.

Que lástima, porque “Orgullo y Prejuicio”  del mismo director y con la misma actriz, me pareció una estupenda y emocionante película.


3 comentarios:

  1. Hay que tener mucho cuidado con los sentimientos, saber interpretarlos, como si de música se trataran. La de la reciente adaptación de Anna Karenina, sobre el clásico de Tolstoi, a menudo suena demasiado exagerada y vacía. Me quieres, no me quieres. Eso sí, la puesta en escena es grandiosa y original, en particular las escenas de baile, te dejas llevar imaginándote que si uno fuera tan gracilmente liviano... Un saludo!!!

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  2. Comparto totalmente tu crítica. Cinematográficamente, me resulta curioso el uso de la técnica teatral, destapando la carencia de instinto y el vacío emocional de los personajes de la esfera aristocrática. Lejos por tanto del realismo de Tolstói, la película pretende convertir la cruda depravación de los personajes de la novela en una bella historia de príncipes azules y princesas rosas. Salud!

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