Caballo de batalla



La cosa va de dos caballos maricones.
Es mentira, solo son amigos,  pero es que como en todo el metraje se combina una narrativa épica, con otra pseudo infantil agregando ademas una voluntad  de acentuar permanentemente el dramatismo de ir cargando las tintas, pues al final uno acaba queriéndose burlar de todo.

El fantasma de Jon Ford planea en el aire.

Los niños y los animales siempre han vendido películas y las situaciones dramáticas y la narración hollywoodense de convertir el arar un bancal en cosa épica no digamos.

A partir de ahi todo esta bien: excelente producción, cuidada dirección artística, fotografía preciosista y planificación solvente.
Y sobre todo planos muy muy espectaculares de esos que uno no entiende como están hechos, que traspasan la pantalla y hacen quitarse el sombrero ante un tremendo Spielberg curtido ya en mil batallas y dueño de un oficio y un callo digno de admiración

Por otro lado la música cuasi omnipresente a mi me desespera.
Me agota, me irrita y me saca de las imágenes.
La utilización de este recurso en este caso me parece sumamente rastrero y me recuerda permanentemente aquel dicho de que “al espectador se le atrapa por las orejas, como a un conejo” y la verdad es que me resulta cansino que este Spielberg con lo que sabe continúe haciendo películas para espectadores en lugar de atreverse por fin a hacer películas para personas.

Además, no sé de que va esta peli.
No la entiendo. No sé que pretende contar.  
Desconozco el intento.
Y como no sé a donde apunta no sé si falla o si acierta.

Aparentemente se trata del biopic de un caballo. Lo peor es que, después de descartar esto y pegarle algunas vueltas la única conclusión a la que llego es que se trata del biopic de un caballo de dos horas y veinte y no es que no se pueda hacer una peli de putamadre a partir de un caballo, Robert Bresson hizo una película maravillosa con un burro, pero este Spielberg no es aquel Bresson. 


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