Moonrise Kingdom

Nos trasladamos al mundo de Wes donde Daniel Boone y su tang desertan de una instrucción formal hacia una aventura mayor.

Por el camino de tierra que no tiene nombre lo afín encuentra lo afín, así funciona la cosa.

Los prismáticos acercan gracias a sus prismas los áticos recreando un poder mágico.
Pero aquí no hay áticos así que son para ver lugares, animales y hombres desde un poco mas lejos.

La poesía no tiene porque rimar y cuando crezca quiero vivir aventuras, en este reino, bajo la luna.

Te quiero pero no sé de qué hablas.
Entonces bailemos a la orilla del mar.

Una cuidadisima dirección artística potenciada por una efectiva planificación despliega una iconografía tierna y de gran potencia.

Un cuento encantador narrado de un modo impecable.


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