Big Eyes


El arte se va de fiesta y sale a los clubs, hace cola esperando a mear y baila entre el humo y las copas.
Luego el arte se oculta y se convierte en partos secretos.
Y después el arte se revuelve sobre si mismo porque aspira a la verdad y la mentira lo asfixia.

La película esta muy bien hecha, es muy correcta y resulta agradable y sencilla de ver.
No hay ningún defecto formal en ella y todo resulta muy cuidado.

Es un cuento blanco donde el lobo y Caperucita de ojos grandes tienen sus roles muy claros.
¿Porqué entonces y sin embargo al terminar el visionado puede quedar este regusto entre vacío e insípido en la lengua?
La respuesta esta precisamente en uno de los diálogos de la propia película: 
“El arte debería elevar, no complacer”

Este es un film cien por cien complaciente que narra desde la visión de un periodista-juez muy bien unos hechos que pasaron. Todo resulta muy claro, no hay lugar a la confusión y el objetivo de la obra que es informar y juzgar se salda con creces. Pero sin embargo la aparente (y sólo aparente) belleza de la peli reside únicamente en su impecable diseño de producción y su cuidada realización, y la conciencia que emana de la peli resulta ser absolutamente nula pues no cuenta nada que nos alumbre los ojos y nos los vuelva mas grandes. Una película correcta en definitiva que complace, mas no eleva.





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