Magia a la luz de la luna


La magia real escapa a la razón por lo que enamorarse es siempre algo mágico, y esto no es una cursilería, solo una definición.  

La telepata encandila con la luz que es capaz de observar.
Aprendió a convivir con la magia y con los milagros y esto la dotó de esa paz iluminada propia del que sabe que no hay nada que temer.
Pareciera como si Woody Allen quisiera creer derrumbando su propio personaje, como si cada vez estuviera mas convencido de que cualquier creencia o juego que haga la vida mas divertida, mágica y llevadera puede considerarse útil.
El Buda ya lo dijo: “La realidad es lo que es útil”
Todos lo demás son ideas, es decir: fantasmas, pero la interacción energética real con el entorno es lo que manda, la prueba del algodón.

La peli es extremadamente entretenida y simpática. Se ve con mucho agrado y facilidad. La actriz esta espléndida y enamora. Una película a la vez ligera pero enraizada, porque uno nunca elige de quien se enamora, y a veces esto crea conflicto, y a veces esto da miedo, y a veces nos avergüenza, y a veces olvidamos que esto nos pasa a todos.
Woody Allen es un estudioso del genero humano. Nos retrata en sus cuentos con trazos precisos y certeros, y aunque esta vez sea con el disfraz alegre de un juego esto no quita ni pizca de mérito al invento sino que en cierto modo se lo da.



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