El hombre sin oportunidades arrastrado por la masa fluctuante de un edificio dedicado a exponer objetos antiguos tropieza contra una mujer de piedra y empieza a volar.
Crucificado entre hierro el circo mediático esta servido.
Abducidos por la tecnología jefes, viandantes y vigilantes de seguridad encuentran un modo de mantener la inatención y el infantilismo.
Y para el resto de gente fijarse en la tragedia del otro es un modo de olvidar momentaneamente o relativizar la propia.
Para Randy Felman, guionista de cosas como Tango y Cash y El Negociador, esta parida que se le ha ocurrido le debe parecer el summun de las historias denuncia contra el rumbo descarnado de los medios de comunicación.
Y para el Vicente Gomez pues otra peli alimenticia mas como la desgraciada (es decir sin gracia) Isi/Disi o la enferma y parafílica Canciones de Amor en Lolitas Club.
Para el Alex poder rodar de inmediato una peli emulando al Billy Wilder y sin preocuparse de su producción o de su guión una oportunidad y en cierta manera un descanso.
Desde estos tres puntos racionales entiendo que esta película se haya rodado pero desde un punto de vista emocional no entiendo como se malgasta tiempo y dinero en rodar estas cosas.
La peli esta acolchada por todos los lados por música que como las risas de bote te indican cuando preocuparte y cuando entristecerte y esta surtida de sobredosis de escenas supuestamente emotivas, y claro, estos momentos que a mi personalmente me repugnan quizás pueden conectar con algún espectador, así que por respeto intentare no me ensañarme en exceso contra este producto tremendamente impersonal fruto de una simple ocurrencia, de un chiste sin ninguna gracia y acabar esta critica cuanto antes: cero belleza y cero conciencia.
Nada hermoso en todo el metraje. Y ninguna idea o punto de vista nuevo.
Como si fuera esto un discurso político todo lo que se dice ya lo sabemos y el propio enunciado no hace mas que banalizar la propia esencia del mensaje.
Y es que, manda guevos, esta es una peli de fanfarria y platillos que en teoría pretende criticar al mundo de fanfarria y platillos.
Vacío sensiblero, sentimientos oscuros y mediocridad absoluta, en definitiva una película que ofrece exactamente lo mismo que los medios de comunicación a los que supuestamente critica.
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