A ciegas



Saramago me aburre y me irrita a partes iguales, para mi es uno de esos totems intocables que por algún extraño motivo que no consigo entender tiene el beneplácito de crítica y público, algo como Botero en pintura o Julio Iglesias cantando, gente sin valía artística verdadera pero que han creado una fórmula identificable y vendible.
Sin embargo cine y literatura, como las longanizas y los cebollinos, no son materias comparables, por mucho que a la gente le divierta ponerlos en la misma balanza, así que para esta valoración que sigue no tendré en cuenta mi opinión sobre este novelista.

Lo que descoloca mucho es que partiendo de un planteamiento tan sumamente interesante: `una gran parte de la humanidad, de repente, se queda ciega´, la película no tenga ningún interés.
El tratamiento visual trata de recrear el camino hacia esta oscuridad con extraños encuadres, desenfoques y sobreexposiciones que queman la imagen y la inundan de blanco, cosa que me descoloca de nuevo porque yo pensaba que la ceguera era negra.

La película muestra un sadismo impúdico, como ocurría también en el Death Proof de Tarantino, cosa que a mi modo de ver es tan facilón como enfermizo. No sé que tipo de placer puede encontrar un cineasta rodando cosas tan desagradables ni que tipo de espectador puede disfrutarlas.
En esta ocasión no sólo no se aporta nada de belleza ni de conocimiento sino que además se atenta contra estos.
Aconsejo huir de esta película como de la peste y tan sólo recomiendo su visionado a aquel que tenga algún tipo de psicopatía que le haga disfrutar de la suciedad, la enfermedad y la mierda es sus tres vertientes: física, emocional y mental.

1 comentario:

  1. Creo que dicen, hacia el principio, que la ceguera (esta ceguera, por lo menos) es blanca. Yo diría que los fundidos blancos se justifican.

    De alguna manera, me ha recordado a Cloverfield. Parece que la "acción interesante" no ocurre en la película, sino fuera de ella. Los personajes "padecen" sin poder hacer nada de particular.

    Me molestó el sadismo impúdico, pero no excesivamente.

    Lo que me gustó fue esto: Al principio, ella es una ama de casa, y su marido la trata como si no tuviera mucha importancia. Luego viene la enfermedad, y él depende completamente de ella. Ella, para protegerle, hace cosas bastante feas. Lucha, roba, mata. Lo necesario, vamos. Sin pararse demasiado.

    Y al final de la película, cuando parece que todo va a ser normal de nuevo, ella se da cuenta que a lo mejor no le apetece tanto. Ha endosado su papel de héroe. Pero cuando todos vuelvan a ver, ya sólo será como una más.

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