Una casa en el fin del mundo

Esta es una hermosa película dónde cada uno busca su camino mientras los otros respetan las decisiones que acompañan esta búsqueda. La película hace lo mismo que estos personajes: no juzga las acciones, solo las muestra.

Hay una enorme inocencia y bondad en uno de los personajes y una cierta amoralidad muy coherente con ello. La moral impuesta o incluso autoimpuesta es un cajón de normas para acercarnos, teóricamente, a aquello que llamamos bondad, pero como cualquier cosa del mundo de las formas es una muleta provisional que hay que soltar cuando uno ya sabe caminar.

Hay un personaje en la peli que es bueno y lo es porque no juzga a nadie, solo vive y deja vivir, por lo tanto no necesita para nada la moral. Lo que pasa es que esto a alguna gente la descoloca.

La película tiene el potencial para abrir la conciencia del espectador, sobre todo si ver el cotarro que el film muestra le sirve para amar mas a todas las personas de su alrededor y por lo tanto juzgarlas mucho menos.

Aquí no hay personajes malos, cada uno llega a su nivel de conciencia, nadie puede forzar pasar de ahí y esto hay que aprenderlo. Tiene un tono triste y puede decepcionar a quien al mirar una peli busque solo una ¨historia¨, pero para quien haya transcendido la época de los cuentos esta es una oportunidad para ver a gente buena que no se mete demasiado con los otros y aprender de ello.




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