Guerra de vinos

Preparados para oír obviedades.

Estados Unidos es un país joven y como todo adolescente forja su identidad a base de muestras de poder.

Europa es un conjunto de países viejos, cansados y de mente atrofiada por acumulación de cultura, filosofía y abstracciones.

América es concreta, vital, de mente joven y maleable, a veces sin límites.

Si uno concreta perfectamente un objetivo, va por el y esá tan predispuesto a conseguirlo que contagia al mundo con su voluntad, posiblemente lo logrará.

Después de ganar toda las guerras sucias, sin reglas, excepto la de Vietnam, ahora quieren demostrar que pueden ganar a cualquiera en juegos con reglas y en su propio terreno.


Y como el vino esta de moda vamos a hacer una pelicula sobre la cultura del vino.

¿Cómo ganar a un país que lleva siglos haciendo vino?

No es tan dificil. El vino tarda en hacerse un año o dos o tres, no un siglo, y el clima es similar aquí y allá en California.

Pero como si lo contamos así directamente algunos no se lo iban a creer, vamos a basarnos en una historia real y así nadie discutirá que logramos vencer y de paso instruimos al mundo sobre la calidad de nuestros caldos.


Estas pelis estan dirigidas para niños, para público con mentalidad de niño.

A veces se nota que un realizador astuto hace trampas a los niños y a veces notas que el realizador es otro niño y simplemente habla el mismo lenguaje. A veces es una cosa, a veces es otra, a veces las dos ¿Que es peor?

Depende de uno, según que cosa te incomode mas, no hay reglas, cada peli es un mundo, es una cuestión de piel.

Una pelicula se juzga con la piel, el resto son artimañas para convecer al otro de tu punto de vista, pero una peli se disfruta o no con la piel. Por que la piel es el sentido del segundo chackra, de la emoción.


Recuerdo que hace mil años alguien me contó indignado su sensación a la salida de Pretty Woman, conmocionado decía que la diferencia entre el mundo real de la salida del cine y mundo ideal de la fábula de la princesa prostituta era tan extrema, el choque era tan devastador y mentiroso, que no podía ser asimilado y que solo faltaba que regalaran pistolas o que la salida del cine coincidiera con un acantilado para que la gente mientras iba saliendo se fuera tirando como si fueran lemmings.


Según veo yo hoy en día esta pelis ya no molestan porque como no se las cree nadie no tienen el poder para molestar, han pasado a ser cuentos inocuos que si uno evita ver ese tiempo que se gana.


De la peli me llama la atención la cabezonería y reacciones estúpidas del viticultor pseudoprotagónico cuya única justificación es proporcionar algunos problemas a superar para que la historia no sea aburrida.


En lo que respecta a la ambientación parece ser que que en la Francia de la época que se retrata solo existían 2 tipos de coche: si eras algo potentado tenias un tiburón, si no una cabra, no había mas.


Lo mas sorprendente para mi de esta peli es su mas que pésimo montaje, en algunos momentos parece la primera realización televisiva de un estudiante de audiovisuales en practicas. Y no exagero.


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