El vuelo del globo rojo


La Binoche explica que en dramaturgia marionetistica China los patrones se repiten y el guión se sigue a rajatabla pero que un maestro se puede permitir cambiar los ritmos. Supuestamente esto quiere decir que el director de esta peli es un maestro porque filma alterando totalmente el ritmo según la situación, como sucede en el día a día.

Según sus propias declaraciones su objetivo es “capturar lo que se desprende de un lugar o de un personaje” y la verdad es que lo consigue y que la propuesta resulta muy interesante tanto en su planteamiento como en su realización. Esta repleta de planos secuencia que logran capturar el pulso de la vida y esto por si sólo ya justificaría el visionado de la peli, pero además hilvana momentos de cierta poética, es decir que tiene en sus manos herramientas para que la cosa se dispare y que le salga hasta una obra maestra, pero para mi gusto la alquimia no se produce y aún reconociendo sus méritos artísticos la peli solo consigue interesarme, no fascinarme, o sí fascinarme pero sólo a ratos.

Al igual que me ocurrió recientemente con Las horas del Verano la peli simplemente ha pasado ante mi sin dejar marca ni olor y a mi modo de ver los auténticos maestros impregnan el aire, dejan huella… y luego desaparecen fundiéndose en el conocimiento del aprendiz.




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