El señor Ibrahim y las flores del Corán

Como Travis, el taxista de noche Scorsesero, ensaya delante del espejo y como a aquel la visualización previa de la tarea le trae la seguridad necesaria para realizarla.
La tarea es romper la hucha y hacerse un hombre.

En su camino hay una calle de placeres y un mentor con una tienda.

Nadie le debe nada a nadie pero todo esta interconectado. Eso es el Karma.

Sonreír es difícil cuando se comparte piso con un estreñido fumador, pero aún así es la manera de unirse a la vida.

Cantar es rezar dos veces y bailar tres.


Aprender del silencio, para aprender de los sentidos


Cuando quieras entender algo no cojas un libro, basta con que hables con alguien.


La lentitud, ese es el secreto de la felicidad.


Primero fuimos minerales, luego vegetales, después animales, mas tarde humanos, una vez concluido nuestro periplo por la tierra seremos ángeles y el camino continuará…


¿Usted me recomienda ver El señor Ibrahim y las flores del Corán?

Si Dios quiere abrirte los ojos no le hará falta una película.

Pero claro que puede ayudar.


Cumpliendo los requisitos que se explican en el enunciado del blog esta peli pasa los certificados de belleza y conocimiento.


Únicamente la parte final resulta en exceso forzada, pero hay que recordar que esto es un cuento que se vende en la sección de autoayuda de las librerías y no pretende ser una obra de arte redonda pero sí un tranquilo y pequeño camino de enseñanza.




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